La pequeña aldea turística de Puerto Pirámides, es la capital de avistajes marinos de Argentina. Un pueblo de apenas 500 habitantes, es la única localidad en el interior de la Reserva Natural.
Península Valdés, reconocida como Patrimonio de la humanidad por la UNESCO, es una esquina recóndita de la Patagonia Argentina, base ideal para proyectar la aventura y el encuentro con la abundante fauna marina y terrestre de la región.
Para tratar de explicar la magnitud de la naturaleza que nos circunda, acá abajo comparto una foto que hice de mas de 4 horas de exposición. El resultado es una imagen con el movimiento relativo de las estrellas.
El peñón rocoso es Punta Olazabal ubicado en nuestro pueblo… sí acá, en Puerto Pirámides, al final de la segunda bajada al mar. Cada noche esta punta representa los tantos escenarios que invitan a percibir la inmensidad estelar a la que pertenecemos. Nuestra pequeña aldea tiene para compartir una conexión exquisita con el Universo.
Puerto Pirámides cuenta con un cuerpo de Bomberos Voluntarios, un Hospital Rural y personal de Defensa Civil, que tiene asistencia las 24 horas. Ellos instruyen y asisten a la población y a los visitantes sobre la seguridad en las rutas y la salud, dentro de Península Valdés.
También cuenta desde 2015 con la AGB (Asociacion Guias Balleneros), como su nombre lo indica, agrupa marineros y capitanes que trabajan en los avistajes de ballenas. En él comienzan a dictar charlas y talleres de entrada libre, que por un precio irrisorio permite a los interesados, vecinos de Puerto Piramides, Puerto Madryn, Trelew o turistas en general, saber mas sobre la tierra que pisamos y su entorno, muchas veces ignorado. La participación a los diferentes ciclos tendrá un diploma, que certifica la asistencia del interesado al grupo de charlas.
Puerto Pirámides, punto de encuentro con la fauna
Las características geográficas y climáticas presentes en la zona generan una vasta biodiversidad que incluye la visita anual, de mamíferos marinos, aves y peces. Especies que eligen este calmo rincón de la áspera Patagonia, para aparearse y criar a su descendencia, desde tiempos remotos.
Seducidos por la abundancia de vida marina y terrestre, y una geografía hipnótica, nos sumamos a los criollos locales hace unas décadas atras, nosotros. Aventureros, biologos, cineastas y peregrinos devotos de la vida salvaje en libertad. Viajantes de todo el mundo nos reunimos en esta pequeña aldea año tras año. Puerto Pirámides invita a caminar con tranquilidad, a cualquier hora del día, la noche o la madrugada, por todos lados. En un par de intermitentes décadas de vivir, recorrer y fotografiar estas costas, aprendí a observar, escuchar y a seguir aprendiendo detalles que dejan al descubierto, el infinito legado que se preserva en estas áridas y solitarias estepas del fin del mundo.
Percibirse como un espectador activo en este escenario, transforma el instante en una experiencia atemporal. Sin tener que usar la imaginación, el encuentro con la prehistoria se convierte en vivencia. Todo igual que hace millones de años, un día igual que en la era cenozoica, todo sucede en el mismo mega escenario.El ritmo local es una sumatoria de vivencias fuera de cualquier parámetro urbano, la naturaleza se vive todo el tiempo. Esta característica convierte a Puerto Pirámides en un destino mágico, con una identidad muy marcada y personal. Las charlas transcurren entre capitanes y marineros de avistajes de ballenas, biologos, guardaparques, buzos, paisanos, geólogos, fotografos profesionales, amateurs, turistas y empleados municipales.
Cada una de las actividades cotidianas que hacemos los vecinos y vecinas del pueblo se desarrolla en un mundo real donde la vida fluye y se nutre de la naturaleza.
Llegados generalmente desde otras localidades de Argentina, fuimos creando en los últimos 30 años, este destino turístico, único en el mundo. Sumandonos a aquellos antiguos pobladores, gauchos que vivieron en un paraje perdido e inhospito de la Patagonia Costera por generaciones, trabajando en la esquila de ovejas y de las labores que la vida en el campo todavía demandan. Esta fusión cultural, logra darle a Puerto Pirámides, una identidad sin parangón. Un coctel cultural muy rico que mezcla las antiguas tradiciones y las actuales.
Desde Diciembre a Marzo las playas atraen a veraneantes que disfrutan del sol, la playa y el mar, días interminables y despejados. Es increíble ver como a fines de Diciembre, las últimas ballenas salen del golfo y cambia de un día para otro los intereses turísticos. Los primeros 20 días de Enero, el camping y todo el pueblo, se entrega a una multitud de veraneantes. La gran mayoría de ellos, son turistas de vacaciones de verano, jóvenes del receso escolar y universitario y familias de las localidades de Trelew, Puerto Madryn, Rawson y Comodoro Rivadavia. Transforman al lugar en un destino elegido para vivir el calor, la intensidad y la libertad propia del verano. Sin tener mayor interés, en la desbordante actividad del reino animal que los circunda. La temporada de verano, obliga a quien viene a ver específicamente la fauna local, durante los primeros 20 días de enero, a convivir con ellos.
Durante los 8 o nueve meses de temporada, cada noche, los pocos restaurantes y bares, dispersos sobre la única avenida que circunvala a Puerto Pirámides, Avenida las Ballenas, alientan el encuentro. Compartir las experiencias de aventuras vividas bajo el sol, en una calida noche, es parte de la misma historia.
Rememorar los acontecimientos, comiendo unas vieiras gratinadas, un salmón, una ensalada, acompañada por un buen vino o una pizza con un chopp de cerveza artesanal. Justifica pasar la trasnoche, hablando de experiencias vividas durante la jornada. Una caminata inolvidable por la playa o los medanos a la luz de las estrellas, te transporta a un viaje intergaláctico con solo mirar el cielo. Un refugio de fauna se transforma a la noche en un observatorio astronómico y te regala un instante de contacto personal con el universo.
Una aldea turística, rodeada por inalcanzables horizontes Un destino en donde es fácil escapar del puñado de luces eléctricas que intentan apagar el infinito, iluminando la calle. La playa y los medanos se convierten en lugares ideales para la contemplación en absoluta soledad y silencio. El poder de la naturaleza se demuestra en cada rincón.
Puerto Pirámides, un pueblo con historia
Si te interesa saber un poco sobre la historia de este pueblito que hace 100 años estaba habitado por muchos mas habitantes que hoy en día. En unos renglones voy a resumir mas de un siglo de historia.
La explotación salinera, que se realizó durante algunas décadas a comienzos de 1900, atrajo mucha gente dispuesta a trabajar. Hoy en día es difícil de imaginar pero había un tren de trocha angosta que ya no existe y servia para transporatar la sal desde la salina hasta el puerto. La primera guerra mundial y la aparición de los frigoríficos, crearon una lógica nueva de comercialización. Luego de ese período de esplendor en el que Puerto Pirámides era una ciudad que tenía su intensa vida social, se despobló. Cuando la carne, conservas y comidas se empezaron a guardar en heladeras y no había que salarlas para almacenarlas, el negocio de la sal desapareció de la península.
Este pueblo que tenía 3000 habitantes, en una época donde pocos pueblos patagónicos tenían tanta población, con un comercio prospero, se desvaneció como espejismo en el desierto, en un par de años. Un dato interesante como para tomar dimensiones de la importancia que tenía nuestro pueblito, de hoy apenas 500 habitantes, es que llegó a tener la casa matriz de la cadena de supermercados La Anónima, la mayor cadena de supermercados de toda la Patagonia. Hoy en día Puerto Pirámides cuenta apenas con algunos almacenes que abastecen con productos indispensables.
Si estás con conexión podés ver varios videos interesantes de Puerto Pirámides
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